Las ondas sonoras, supuestamente provocadas por un meteorito que volaba sobre Papúa Nueva Guinea, han resultado ser… el sonido de un camión que fue grabado accidentalmente. Este fenómeno estuvo vinculado anteriormente a un misterioso descubrimiento en las aguas del Océano Pacífico. Por otro lado, los científicos ovni los consideraban sonidos producidos por equipos extraterrestres avanzados.
En enero de 2014, un meteorito entró en la atmósfera de la Tierra sobre el Océano Pacífico occidental y se quemó en una impresionante bola de fuego. En el momento del accidente, se registraron misteriosas ondas sonoras en la estación sísmica de la isla Manus en Papúa Nueva Guinea. Los sonidos, combinados con la altísima velocidad desarrollada por el meteorito, también atrajeron la atención de investigadores de fenómenos inexplicables.
En 2023 se organizó una búsqueda de restos de meteoritos cerca de la isla. Luego se encontraron fragmentos de metal en el fondo del Océano Pacífico y su análisis mostró un alto porcentaje de berilio, lantano y uranio, lo que es inusual incluso en los meteoritos. Los ovnis asumieron entonces que en realidad no se trataba de un meteorito “ordinario” que entraba en la atmósfera terrestre, sino más bien de un fragmento de roca procedente de fuera del sistema solar, o incluso de un fragmento de una nave espacial perteneciente a una civilización extraterrestre.
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Extraterrestres y error de medición.
Los científicos de la Universidad Johns Hopkins centraron su atención en este evento, concretamente en la señal de audio que lo acompaña. Utilizando datos registrados en Australia y Palau, el equipo observó la trayectoria del meteorito y descubrió que probablemente cayó a más de 100 millas de donde se encontraron los escombros, lo que significa que los investigadores de fenómenos inexplicables estaban buscando meteoritos en el lugar equivocado.
Luego, los científicos analizaron la señal de audio que acompaña al fenómeno en busca de sus fuentes. Resulta que el instrumento de medición también registró el mismo patrón de señales antes y después del impacto del meteorito. Era sorprendentemente similar al sonido del camión de reparto que se dirige todos los días al hospital cerca de la estación sísmica.
“La señal se propagó y coincidió exactamente con el camino que recorría junto al sismómetro”, dijo Benjamín Fernando, quien dirigió el estudio. «Hay muchas de estas señales y podemos demostrar que tienen las propiedades que esperaríamos de un camión y ninguna de las que esperaríamos de un meteorito».
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Secreto desde abajo
Entonces, ¿de dónde proceden los trozos del océano? Los científicos suponen que se trataba de meteoritos, pero de un evento completamente diferente al ocurrido en 2014. Su composición inusual podría ser producto de la mezcla de rocas espaciales con material de la Tierra.
Fernando añadió: «Todo lo que se encontró en el fondo del mar no tiene absolutamente nada que ver con este meteorito en particular, ya sea una roca espacial o un trozo de nave espacial, aunque sospechamos que no se trata de extraterrestres».
El equipo presentará sus hallazgos el 12 de marzo en la Conferencia de Ciencia Planetaria y Lunar en Houston. El estudio aún no ha sido publicado en ninguna revista ni revisado por pares.
Universidad Johns Hopkins, Washington Post
Fuente de la imagen principal: Lucha bursátil
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