Los perros de razas braquicéfalas o de hocico corto, como los bulldogs inglés y francés, pueden parecer más indefensos y exigentes ante las personas que los perros con hocico largo, dicen los científicos en Scientific Reports.
La impresión de impotencia hace que nuestro cerebro los vea como más «niños», lo que, según los autores de la publicación, puede explicar, al menos en parte, la continua popularidad de estas razas. La popularidad no disminuye, a pesar de los graves problemas de salud que provoca esta estructura anatómica especial.
Las razas braquicéfalas son aquellas cuyos representantes se caracterizan por tener narices chatas y muy cortas. Estos incluyen, entre otros: bulldogs, pugs, boxers, shih tzus y pequinés. Su aspecto específico está asociado a numerosos problemas de salud que hacen sufrir a los animales durante muchos años. El colapso de la laringe, fosas nasales demasiado estrechas, agrandamiento del paladar y estructura anormal de la tráquea provocan hipoxia constante, sibilancias, ronquidos, problemas para comer, intolerancia al ejercicio físico, tendencia a las alergias, insolación, etc.
En algunos países ya se ha prohibido la cría y venta de razas de hocico corto. Noruega y los Países Bajos descubrieron que la cría de animales violaba la ley de bienestar animal.
La Dra. Dorothea Ujvalosi de la Universidad de Budapest y sus colegas compararon 15 bulldogs ingleses y 15 bulldogs franceses con 13 representantes de la raza Moody (perros pastores húngaros), que se clasifican como perros con hocicos de longitud media.
Los animales fueron observados durante una tarea que implicaba intentar alcanzar tres cajas que contenían recompensas. Las cajas se diferenciaban en la forma de cerrarlas, lo que obligaba a los perros a utilizar varias técnicas de apertura. Fueron presentados a los perros en orden aleatorio.
Todos los perros observaron al experimentador poner comida en una caja designada y luego tuvieron 2 minutos para abrirla. Durante este tiempo, los dueños de perros permanecían detrás de sus mascotas, pero fuera de la vista directa.
Tanto los bulldogs ingleses como franceses abrieron cajas a una tasa del 93%. Con menos frecuencia que los perros pastores. Este último también fue mucho más rápido que los bulldogs que pudieron completar la tarea. Después del primer minuto, el área de penalti se cerró al 90 por ciento. Moody y sólo el 50 por ciento de los Bulldogs. Sin embargo, en comparación con los perros pastores, todos los bulldogs tenían más de cuatro veces más probabilidades de mirar a su dueño.
Los autores del estudio sugieren que estos hallazgos indican una tendencia de los perros braquiocefálicos a buscar ayuda de los humanos cuando se enfrentan a problemas emergentes, lo que a su vez puede promover relaciones sociales más fuertes entre los dueños y sus mascotas. La gente ve las razas con hocicos cortos como más indefensas, incluso asociadas con los niños.
En su opinión, este hecho puede ser responsable de la continua popularidad de las razas braquiocefálicas, que no disminuye ni siquiera ante la abrumadora evidencia de que su disección causa sufrimiento a largo plazo y conduce a una mortalidad prematura.
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Katarzyna Czechovich
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