«La palabra griega ‘oikofobia’, que significa odio al propio lugar de residencia y negativa a aceptar sus costumbres, describe bien la actitud de algunos inmigrantes musulmanes, según Arturo Pérez-Revert. En su ensayo, el escritor también reflexiona sobre cuán profundamente los inmigrantes alterar la civilización europea», escribe el portal Novy Sviat 24, «Le Figaro» analiza el artículo.
Pérez-Revert señala que no parece tan aterrador cuando te das cuenta de que la historia está formada por civilizaciones caídas. Sin embargo, no siempre tenemos el privilegio de presenciar la caída de uno de ellos.
¿No detendremos la migración?
En Europa siempre han vivido personas de diversos orígenes. Y el escritor español señala que «la desgracia muchas veces procedía de puros fanáticos de una raza, religión, familia o tribu, y los que se enorgullecían de sus propios apellidos de ocho causaban mucha desgracia y tristeza». Pero ahora está naciendo una Europa diferente y quizás nada pueda detener lo que está sucediendo. Según el autor, la inmigración no se puede frenar, es imparable desde el punto de vista económico. Sin embargo, explica el autor, el multiculturalismo es una ilusión. La historia muestra que algunas culturas fertilizan creativamente a otras, pero las más fuertes ganan. En la Europa actual, el Islam es estable y, por tanto, fuerte.
La estupidez y la cobardía de Europa
«El problema europeo es que todos los gobiernos, temerosos de ser etiquetados como islamófobos o racistas, han estado cometiendo los mismos errores durante décadas. Incluso mientras luchan con problemas como el aumento de la inseguridad, la formación de guetos y la aplicación de las leyes islámicas en ciudades y pueblos, En Europa no aprenden nada sobre la libertad de expresión: «La gente intenta ignorar lo que los opresores islámicos están haciendo en sus propios países con la democracia, la igualdad de género y la orientación sexual», escribe Novy Swit 24.
La empresa aprovecha la mano de obra barata y ve la oportunidad de «ondear pancartas demagógicas europeas, exhibir keffiyehs, calificar de niños a delincuentes de 17 años, llamar a un racista que protesta contra el robo de un teléfono móvil o la violación de una hija». Advierte Pérez-Revert.
Importaciones de estilos de vida
Dice que los inmigrantes traen consigo su religión y el estilo de vida que ésta impone. Los europeos egoístas no pueden ofrecerles integración e igualdad, por lo que los musulmanes prefieren vivir según sus propias costumbres, criando a sus hijos en el país de donde vinieron sus padres y no aceptando las reglas del país que los acogió.
Tienen sus propias mezquitas, sus propios barrios, sus propias escuelas, sus propios televisores. Por un lado, disfrutan de derechos que no tienen en su propio país, pero, aunque siguen las reglas, exigen un trato diferente en nombre de su religión. Los jóvenes odian a los europeos porque piensan que son débiles e inconsecuentes. Mientras tanto, consideran que el Islam radical es fuerte y atractivo. Según ellos, el profesor de español insiste en que el Islam es la solución a una Europa afectada por el cáncer.
Los imanes que vivían en la realidad europea enseñaron cómo golpear a las esposas; Los asesinatos por honor también suelen ser apoyados, advierte Pérez-Revert. Recordamos también las palabras del saudita Abdullah al-Qarni: «No os dejéis engañar por Occidente, sus ideas y modas. Y recordad que las mujeres que salen de casa para trabajar son la causa de la destrucción de sus familias.
¿A quién protegemos?
Europa no quiere proteger las reglas, estas reglas -según el escritor español- deberían ser las siguientes:
«Encuentra un trabajo y hazte respetar, pero sigue las reglas tú mismo. Envía a tus hijos a escuelas integradas, no llames «puta» a tu hija o a la mía porque usa minifalda, no la cases con alguien que no como, no le mutile el himen. Desde el momento en que empieza a menstruar, ella no esconde la cara ni la cabeza, tienes cualidades que respeto, aprendamos unas de otras, llevémonos bien, si no, aquí está la puerta.
Según los españoles, la lucha contra las costumbres islámicas relativas a las mujeres era en beneficio de las mujeres. Si a una mujer se la critica o se le impide llevar el velo en lugares inapropiados o cubrirse la cara, su libertad queda protegida de ser atacada – insiste la escritora – por parte de su familia y amigos, y a veces de ella misma.
Mientras tanto, Europa se está rindiendo y perdiendo en algunas cuestiones, y la extrema derecha islámica se está volviendo cada vez más arrogante y audaz. «Pronto las fuerzas del orden tendrán que ser musulmanas para entrar en determinadas zonas o ir en grupo y armadas, como ya ocurre en otras partes de Europa. Lo vi en París, Génova y Marsella», advierte el autor.
Europa no se evaporará
En su opinión, en Europa todo el mundo está equivocado respecto al Islam: gente que no se da cuenta del problema y predice desastres.
“Todo lo que está sucediendo está sucediendo de forma lenta y natural – resume el discurso del español en el portal Nowy Świat 24. – Treinta siglos de civilización no serán destruidos por la cultura islámica. Sin embargo, surge la pregunta: ¿Qué pasa con aquellos que huyeron de la persecución religiosa de sus países? Al cambiar Europa, los musulmanes pueden escapar de la miseria que queda atrás. Pero, ¿dónde encontrarán refugio aquellos que buscan aquí refugio de la austeridad islámica y sus consecuencias cuando el resto de Europa se convierta en mezquitas?
Fuente: Novi dulce 24
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