Aunque el efecto químico no parece muy alentador, es una experiencia muy placentera. Los científicos observaron un aspecto interesante de la relación. ¿Pueden los sentimientos entre personas durar para siempre?
Decir que el cerebro es el órgano más complejo de nuestro cuerpo es quedarse corto. El centro del sistema nervioso es responsable de cómo conocemos y percibimos el mundo que nos rodea. Esto se aplica no sólo a sentidos como el tacto o el olfato, sino también (y en algunas personas sobre todo) a las emociones. Por ejemplo, ¿cómo podemos explicar nuestro deseo de pasar más tiempo con algunas personas que con otras? ¿Por qué salir con alguien a quien no conocemos mucho parece menos interesante que pasar una velada con otra persona importante? Los científicos que intentan responder a estas preguntas han llegado a conclusiones sorprendentes. Él los ayudó con eso… Topillos de praderay roedores Vivir en América del Norte.
¿De dónde surgió la idea de combinar el cerebro y las emociones de humanos y roedores en un solo estudio? Para las personas que saben más sobre los topillos, esto es bastante obvio. Hace unos años, los científicos sugirieron en la revista Science que los topillos de las praderas consuelan a las personas cercanas a ellos que están estresadas. Esto se debe a la hormona oxitocina, llamada hormona del amor. Además, estas criaturas se encuentran entre las pocas que forman vínculos monógamos, al igual que los humanos. Esto lo hace de gran valor para los investigadores que analizan todos los aspectos de las relaciones humanas. Esta vez, Zoe Donaldson los miró más de cerca. El investigador examinó lo que sucede en el cerebro cuando se establecen y se rompen relaciones de pareja.
Todo nuestro mundo social está definido por Diversos grados de deseo selectivo de interactuar con diferentes personas.. Ya sea tu pareja romántica o tus amigos cercanos. El estudio así lo indica Algunas personas dejan un rastro químico único en nuestro cerebroLo que nos motiva a mantener estas conexiones en el tiempo.
Los autores del estudio utilizaron las últimas técnicas de neuroimagen. Gracias a ellos pudieron comprobar en tiempo real qué pasaba en el cerebro de los topillos cuando eran separados de sus parejas. Se probaron roedores en diferentes situaciones. Primero, los dos estaban separados por una puerta que había que abrir con una palanca. En la siguiente etapa, la hembra debía superar una valla para llegar al macho con el que estaba entablando relación.
Aquí es donde resulta útil el conocimiento sobre el cerebro procedente de estudios en humanos. Como tú sabes, Núcleo accumbens Desempeña el papel de motivador en la búsqueda de la recompensa. Cuando nos involucramos en algo que en última instancia nos llevará a la realización de nuestros deseos, nuestro cerebro se desborda. Dopamina, la hormona de la felicidad. Un proceso similar ocurre en el cerebro de los topillos de las praderas.
Los investigadores confirmaron esto utilizando sensores de fibra óptica en miniatura que se iluminan cada vez que detectan una dosis de dopamina. Cuando los ratones de campo finalmente encontraron a sus compañeros, las luces brillaron al máximo. Por el contrario, cuando estaban muy separados, los sensores se atenuaban.
Esto sugiere que la dopamina nos motiva a hacer más que simplemente buscar pareja. En realidad Fluye más dopamina por nuestro centro de recompensa cuando estamos en parejaAnne Pearce, autora principal del estudio, explica qué sucede cuando estamos con un extraño.
En la siguiente fase del experimento, se separó un par de topillos durante cuatro semanas. En el caso de los animales que viven en estado salvaje, pasado este periodo de tiempo, el topillo comienza a buscar una nueva pareja. Se puede comparar con personas que atraviesan un duelo o una ruptura dolorosa. Curiosamente, cuando los ratones finalmente se encontraron después de una larga separación, resultó que, aunque no se habían olvidado, el característico subidón de dopamina había pasado. Los científicos describieron esto como una especie de reinicio cerebral que «permite al animal continuar y tal vez formar un nuevo vínculo».
esto podría ser Buenas noticias para todos los corazones rotos. Nuestro cerebro parece tener mecanismos que nos ayudan a «seguir adelante» después de una ruptura de relación. Sin embargo, es demasiado pronto para traducir los resultados del ensayo con ratones de campo directamente a un ensayo en humanos. Será necesaria más investigación. Las conclusiones pueden ayudar a las personas que están en duelo o tienen dificultades para establecer relaciones íntimas.
fuente: Biología actual
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