El avispero del mercado de fichajes de un gigante como Real Madrid nunca está tranquilo. En primer lugar, porque todo el planeta redondo tiene los ojos puestos en él. Su capacidad presupuestaria es muy grande y eso significa, también, el poder incorporar buenos jugadores a su plantilla. En general, cada mercado la Casablanca da algún gran golpe: adquiere futbolistas de nivel, y siempre alguna superestrella. Así ha sido siempre, y lo hace porque puede.
En segundo lugar, Real Madrid nunca está tranquilo porque los grandes movimientos de compraventa de superestrellas demandan negociaciones hasta altas horas de la noche. No es sencillo hacerse de los servicios de jugadores como Mbappé, o renovarle a Benzema, o ceder a Sergio Ramos. Son más que futbolistas, también son empresas, son firmas, y, como tales, mueven mucho dinero y hay varios intereses alrededor.
La danza de nombres que aparecen en temporada de fichajes pone en escena una cantidad de futbolistas que no necesariamente están en el radar del Real Madrid. Uno de esos casos ha sido Cristiano Ronaldo, actualmente jugador de la Juventus. Su vuelta a la capital española hubiera sido una verdadera e inesperada sorpresa, pero evidentemente la teoría pisó demasiado fuerte. Tanto, que el DT Carlo Ancelotti debió aclarar la situación: “Cristiano es una leyenda del Real Madrid y tiene todo mi cariño y respeto. Nunca me he planteado ficharle. Miramos hacia adelante”, escribió en su cuenta de Twitter.
Fin de ciclo
En cuanto a partidas, quizá la baja más sensible por lo que representa a nivel tanto futbolístico como simbólico, haya sido la de Sergio Ramos. El eterno capitán madridista no renovó contrato con la institución y se marchó libre al PSG, donde ahora será compañero de Lionel Messi y Neymar, en lo que promete ser un verdadero Dream Team.
Fue así que el defensa se marchó luego de haber engordado un envidiable palmarés tras 16 temporadas entrenando en Valdebebas: cuatro Champions League, cuatro Mundiales de Clubes, cinco Ligas, cuatro Supercopas de España, tres Supercopas de Europa y dos Copas del Rey.
Otra baja, también un tanto delicada por cómo se dio la partida, fue la de Martin Odegaard. El noruego había regresado de su cesión en el Arsenal, ya que el Real Madrid es dueño de su pase. En el club inglés había tenido un gran desempeño y crecimiento, siendo protagonista del equipo titular. Pero al llegar a la Casablanca se encontró con un escaso apoyo de Ancelotti, que declaró: “A Odegaard le he dicho que hay ocho jugadores en su posición”.
Entre esos dichos y que el futbolista no creía ser muy tenido en cuenta por la dirección técnica, rápidamente la institución merengue y el Arsenal llegaron a un acuerdo. De esa manera, el volante retornó a Londres por un valor de 35 millones de euros. “Yo tengo mis motivos, yo sé lo que es verdad y lo que ha pasado y por eso creo que es para lo mejor”, se expresó el noruego de 22 años tras su partida.
Mbappé, un sueño
Por su parte, la debilidad de Florentino Pérez sigue viviendo en París. Es que el Presidente del Real Madrid está buscando, hace algunas temporadas y por todos los medios, contratar a Kylian Mbappé. El hábil delantero ya ha manifestado su deseo de marcharse del PSG y emigrar hacia nuevos destinos. Al mismo tiempo, desde Madrid siempre estuvieron interesados, pero parecería ser que, quien está frenando la partida, son los propios dirigentes del conjunto francés.
Es que dejar ir al ex Mónaco, tan joven y con tanto futuro, no es fácil. Sucede que el PSG corre el riesgo de perderlo sin ver un solo centavo, ya que Mbappé podría elegir no renovar una vez finalizado su contrato. Si no renueva, queda libre y nada le impedirá incorporarse a las filas de la institución blanca. Así, compartiría equipo con Benzema y Courtois (recientemente renovados) y Alaba (recientemente incorporado).
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