¿Sabías que la sandía, además de su excelente sabor, tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud? Vale la pena buscarlos, especialmente en los días calurosos, ya que son perfectamente refrescantes e hidratantes. Y en la cocina funcionarán bien no solo como ingrediente en postres dulces.
Sandía en casi el 90 por ciento. Está hecho de agua. Tiene pocas calorías (28 calorías por cada 100 gramos), pero contiene grandes cantidades de potasio, betacaroteno (especialmente variedades con pulpa de naranja) y vitamina C. Y sodio. Como resultado, la sandía ayuda a mantener el cuerpo adecuadamente hidratado y a reponer los electrolitos, por ejemplo, en días calurosos o después de un ejercicio intenso. Vale la pena incluirlo en tus comidas post-entrenamiento. La sandía también funcionará bien cuando estemos a dieta, tengamos problemas de vejiga (¡es un diurético!), Y sus propiedades nutricionales deben ser apreciadas por personas con hipertensión arterial o aterosclerosis. Debido al índice glucémico algo alto, no se recomienda a los diabéticos comer grandes cantidades de sandía. Además, las personas con alergias deben manejarlos con precaución, ya que, al igual que la sandía, pueden contribuir a la sensibilidad cruzada.
Variedades deliciosas
Hace unos años, la sandía escaseaba en Polonia, y hoy podemos comprarla fácilmente en tiendas de comestibles y supermercados. Las más populares son las variedades de gallia, miel y melón, que difieren no solo en apariencia sino también en sabor. La sandía con miel es definitivamente la más dulce: su forma se asemeja a una pelota de rugby amarilla soleada. Debajo de su piel gruesa y suave hay una carne pálida tierna, casi blanca. El melón cantalupo, de forma esférica, con una piel gris áspera, es un poco menos dulce, pero muy aromático. Su pulpa es de color naranja o verde. Los melones galos se reconocen por su forma esférica y su piel de color amarillo pálido o dorado con una estructura de celosía distinta. Dentro de la fruta encontrarás pulpa de color amarillo verdoso con un delicado sabor y aroma. Si se le da la oportunidad, vale la pena probar la variedad israelí, que tiene un sabor armonioso, agridulce.
Sandía en la cocina
Aunque la sandía es una fruta de postre típica, nos encanta comerla cruda, nada te impide probarla un poco. Su carne tierna y cremosa será un componente interesante y discreto de varios platos, ya sean dulces, salados o picantes. Se puede asar, freír y hervir con carnes, verduras y varios tipos de quesos y servir como sopas, ensaladas, encurtidos y snacks. Hay muchas posibilidades. El sabor neutro de Gallia realzará de manera interesante el sabor de los platos a base de mariscos. La dulzura de la sandía con miel aportará un poco de exotismo a las ensaladas de verano, y en combinación con queso de cerdo o de cabra satisfará hasta los paladares más exigentes. Acompañado de manzanas, fresas y plátanos, crearás un delicioso cóctel.
También es un ingrediente importante en mermeladas y conservas.
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