El incidente está relacionado con la corona de flores que cada mes el empresario Zbigniew Komosa, radicado en Varsovia, coloca frente al monumento. El día 10 de cada mes trae una guirnalda con un plato. Dice: «En memoria de las 95 víctimas de Lech Kaczyński, que ignoraron todos los procedimientos y ordenaron a los pilotos aterrizar en Smolensk en condiciones extremadamente difíciles. Mantengan la calma. Nación polaca. ¡Dejen de crear falsos héroes!»
Al principio, las coronas fueron recogidas por los soldados cuando Komosa abandonó el monumento. Luego se los quitaron de las manos en presencia de testigos. El caso llegó a los tribunales, que dictaminaron que Comoza tenía derecho legal a colocar coronas frente al monumento.
En la publicación compartida por «Tu Obywatele» vemos que Jarosław Kaczyński primero toma la guirnalda e intenta arrancarle la placa. Finalmente, logra destruir la placa adherida a la guirnalda.
Hay policías alrededor, pero no reaccionan ante las acciones del jefe del BIS. Luego, lo separan de un hombre que graba todo y grita: «Es un delincuente» y «Por favor arrestenlo».
Kaczynski exige que la policía identifique al hombre. Dice que es el ministro de Defensa y quiere saber los nombres.
En un momento dado, uno de los hombres que acompaña al líder del PiS (quizás un guardaespaldas) acosa a un policía con la mano. Entonces el político le habla. «Ustedes cuatro no pueden con uno…», comienza. El resto es incomprensible. Solicita datos continuamente. – Quiero sus datos – preguntamos.
La retransmisión de los hechos proporcionada por el perfil «Tu Obywatele» llama a veces a un tal Jarosław Kaczyński para quejarse de que traen la placa todos los meses y la policía no hace nada al respecto.
«Fanático de la televisión. Adicto a la web. Evangelista de viajes. Aspirante a emprendedor. Explorador aficionado. Escritor».
More Stories
El paraíso español está lleno de turistas. Los lugareños bloquean las playas
¡Nueva serie en español de SkyShowtime! ¿De qué se tratará?
Jankowski en palabras de Lessina: Se puede escuchar con lágrimas