El primer partido del Lech Poznan será en la fase de grupos de la Conference League, donde el competidor de Collegours, además del Villarreal FC, será el Hapoel Bear Sheva de Israel y el Austria de Viena. La primera y la más difícil teóricamente, aunque hay que admitir que los encuentros de los Lechs hasta ahora con los españoles tomaron a menudo un curso insólito y ventajoso para los licios. Y, lo que es importante, todos han ido con letras de oro en la historia del club.
En 1983 fue campeón de España, luego el Athletic de Bilbao (principios de los ochenta fue la época de dominio de los clubes vascos a costa del Real Madrid y Barcelona) fue el primer rival del Lech Poznan en la Copa de Europa. En su primer partido en la copa más importante, el Lech dejó atónito al campeón español. Ganó con él en Bułgarska Street 2-0 y hasta el día de hoy la afición recuerda que lleva «solo 2-0». Teniendo en cuenta la cantidad de posiciones perdidas por el equipo de Poznan, el resultado podría haber sido mucho mayor, y los goles se anotaron solo después de los goles de Mariusz Neviadomsky y Miroslav Okonsky.
Javier Clemente, entonces entrenador del Athletic de Bilbao, decía: – Da igual lo que haya ganado el Lech con nosotros. Compensaremos cualquier pérdida en la casa, incluso 0-6.
Efectivamente, en el estadio de San Mamés, donde se disputó el Mundial el año anterior, el Lech ya había sido aplastado por los vascos por 0-4. Se estrelló en circunstancias inusuales, y por primera vez en la historia jugó bajo iluminación artificial colocada en lámparas eléctricas alrededor del estadio. En ese momento era una completa novedad, baste decir que tal iluminación apareció en la calle Bułgarska solo en 1986.
Lech se estaba preparando para el partido en tales condiciones en el estadio Olympia de Gulchin, iluminado artificialmente. No fue suficiente. Además, la luz artificial cegó con contundencia a su principal defensor Józef Szewczyk. Cometió muchos errores que el entrenador Wojciech Azarek reprochó. Solo entonces resultó que era el comienzo del cáncer de ojo de este futbolista, como resultado de lo cual perdió primero el globo ocular y luego la vida.
El portero del Athletic en aquella competición fue Andoni Zubizarreta, que volvió a enfrentarse al Lech en 1988 en los enfrentamientos entre Poznan y FC Barcelona, esta vez en la extinta Recopa de Europa. Los compañeros estaban condenados a ser devorados en un partido contra un gran club, en el que jugaba, por ejemplo, Gary Linrick o José Marie Bacuer, quien más tarde sería entrenador del… Lech Poznan. Mientras tanto, en el Camp Nou, hubo sensación: tras el gol de Bogoslav Pachelski, bautizado como «un satén blanco» por los medios españoles, el Lech empató 1-1.
En este caso, la revancha en Poznan fue una batalla extraordinaria por la eliminación del gran Barcelona por parte del club polaco. La pelea fue casi victoriosa, porque Lech ganaba 1-0 tras un gol de Jerzy Kruczynski. Los culés empataron, hubo prórroga y penaltis. Había escenas inusuales en él.
Tomemos, por ejemplo, once tiros dos veces de Alexanko. Se lo perdió, pero el juez ordenó que se repitiera. Y notó que Yaroslav Araskevich, que falló el penal anterior, dejó el campo roto. No se le permitió hacerlo. Alexanko tuvo una segunda oportunidad para repetir el penalti y… volvió a fallar.
Kolejorz estuvo un paso más cerca de ganar la competencia. Bogusław Pachelski estaba enfocando el balón del partido, y eso fue suficiente para golpearlo… Sin embargo, se equivocó y el FC Barcelona finalmente ganó la competencia. Hasta el día de hoy, en Poznan, este partido se trata como la historia más extraordinaria de la historia. Este año hubo incluso un cómic sobre ella llamado Eleven from Bułgarska.
En 2008, Lech Poznań, recién adquirido por los nuevos propietarios, avanzó a la fase de grupos de la Copa de Europa en circunstancias trágicas. Austria eliminó a Viena en la lucha por el título tras un gol marcado en el último minuto de la prórroga.
En la fase de grupos, el Deportivo de La Coruña fue uno de los rivales de los Lechites, otro gran equipo español. Una vez más, el Lech hizo un gran e inolvidable partido, en el que perdió sólo dos minutos después con gol del argentino Diego Colotto. El ayuno de este loco equipo de Francesc Smuda tras los españoles fue uno de los hechos extraordinarios de aquella copa. La persecución fue efectiva, ya que el peruano Hernán Renjivo le dio al Lech un empate 1-1.
Este resultado abrió el camino para que el equipo de Pozna abandonara el grupo, junto con el Deportivo de La Coruña y el CSKA Mosqua. Este partido también pasó a la historia.
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